En la comunicación de la naturaleza, la mente se vuelve solícita, creando espacio y comunión con uno mismo. El querer escuchar y poner atención no significa, en absoluto, que se encauce correctamente. Solo comprendiendo lo que implica crear espacio, aparecen la quietud y el saber callar internamente… dándose en ello verdadera y auténtica comunicación… Este sentido de comunicación es esencial y tremendamente vital para la salud psicofísica, la convivencia y la armonía interior… todo ello lo encontrarás en Escuela: «Amor y Vida».
