Estamos en un mundo donde sólo la especie dominante le ha dado una tremenda importancia de forma progresiva a las apariencias del disfraz y el maquillaje en relación a las cuestiones fundamentales de la Vida.
En la actualidad esta importancia se ha normalizado, encontrándose por todas partes, en las redes sociales, la política, lo religioso… no importa si son dirigentes, padres o educadores. La apariencia con su gran puesta en escena y maquillar ciertas cuestiones parece que tiene un gran valor para atraer a un gran número de personas, seguidores, likes…
La gran burbuja de lo superficial hace que las personas vivan como cáscaras huecas pendientes en todo momento de los otros menos de uno mismo, desde un profundo sentido íntegro, completo y total con la Vida. “Muchos son los llamados, pocos los elegidos”.
El gran valor para estar con la Vida en su cercanía, pureza y autenticidad no se encuentra en los muchos, podrá darse en los pocos porque sólo en ellos puede surgir la capacidad de conseguir un salto evolutivo y alzar el vuelo…