La Verdad sea dicha, pronunciada, expresada, no dictaminada para imponer, convencer, controlar…
La Verdad sea dicha para los valientes que levantan la mirada al frente sin el ruido del espejismo…
La Verdad sea dicha para los que tienen sed de justicia, abrazando la equidad y el sentido común, no para los opresores que tanto rugen, contaminan, desvirtuando y bloqueando toda integridad y orden de la Verdad… porque sin ella habrá división, caos, desigualdad, miseria mental con todo su letargo e intolerancia, siendo la mentira la que ocupe el puesto de honor…
La Verdad sea dicha y siempre lo será, aunque se pretenda discutirla y entrar en posicionamientos inútiles queriendo alcanzar un horizonte desfigurado cuyas tinieblas evocan el conocimiento de los que dicen estar en lo cierto y que la conocen…
Habrá que nacer de nuevo para realmente abrirle los ojos a la Vida porque la Verdad es la gran dicha que puede permanecer oculta y jamás ser destruida detrás de todo sentido involutivo, pesadumbre, sufrimiento y mentira con toda su palabrería, ahí siempre está con su Luz inicial… La Verdad sea dicha y siempre lo será.