La imposición de cualquier creencia, ya sea espiritual, política o de cualquier índole… arrastra falsedad en los hechos con sus respectivas soberbias, prepotencias, ignorancias y delirio emocional… para tratar de convencer y llevar a cabo su posición, guardar la forma con su postura, haciendo que escucha sin escuchar, parecer interesante lo que dice para tratar de atraer a las personas con el propósito de recibir apoyos, elogios, aplausos… así aparece la mentira y su disfraz, pretendiendo que se atienda y sea valorada su verdad, son como el tambor, haciendo ruido sin faltarle el entusiasmo de seguir con su ruido, atrincherados bajo el paraguas de su esquema mental… como cáscaras huecas, no tienen nada eficiente que aportar, pero su disfraz te hace ver lo contrario, porque la manipulación y el engaño siempre están de su mano, y en todo esto contagian para que se vista su mismo disfraz…