Le abrí los ojos a la Vida pudiendo ver y comprender que en este mundo se la ha encajado como en un molde, para hablar mucho de ella pero sin estar realmente en ella…
Le abrí los ojos a la Vida saliendo de todo tipo de argumentos, directrices, esquemas porque había una atmosfera muy distinta dentro de mí que no requería de palabras ni pensamientos para realmente mirar…
Le abrí los ojos a la Vida, cuyo valor entendí, no necesitaba la aprobación de nadie ni la admiración ni tan siquiera de los que creen que me conocen porque pude ver y comprender la diferencia que había entre letargo y despierte…
Le abrí los ojos a la Vida pudiendo escuchar su canto desde la más absoluta y bella inmensidad que no se puede sostener ni abarcar pudiendo ver y comprender que los que tratan de apropiársela, conquistarla, dirigirla, destruirla… sólo están dormidos, profundamente dormidos.